La Postverdad

La pasada semana un amigo cazador, me envió un video de un cazador navarro, que exponía argumentos muy interesantes y coherentes en defensa de La Caza (como los daños que los cazadores evitan a la agricultura, los millones de € que pagan al Estado en tasas los cazadores, los 1.600 millones / año que mueve la caza, el nº de puestos de trabajo que genera, cuánto cuesta el cuidado de los perros que usamos y el cariño que les tenemos, y algunas otras también de interés); pero el final del video es lo que más me llamó la atención, por dos razones:

La 1ª porque me hizo pensar en la integridad de España ¿por qué  debemos de pagar tasas en cada una de las Comunidades Autónomas a las que vamos a cazar (como si fuésemos extranjeros) si estamos dentro del Territorio Nacional español, y todos somos españoles?”. El sentido de la desigualdad hiere.

Por un momento sentí verguenza del orgullo español.

La 2ª por la evidencia. Somos 900.000 cazadores en España. Ya se han formado grupos de WS que se van uniendo entre sí – sin coste alguno – y que se preguntan ¿no les estamos dando de comer indebidamente a esos grupos políticos que luego nos hacen la vida peor?

Y como mi mente siempre tiene en cuenta a la profesión farmacéutica, y estoy preocupado que tras la Moción de Censura y el cambio de Gobierno (con el nombramiento de las Ministras de Hacienda y Sanidad) con que aparezcan Proyectos de Ley y ofertas de Pactos en Sanidad que amenacen nuestra estabilidad profesional, conociendo sus talantes, y que tanto daño ha hecho a nuestros queridos compañeros andaluces con el asunto de «las subastas de medicamentos», deduje como hizo el protagonista navarro del video, que nuestra fuerza está en La Unión de todo nuestro Sector; como predica desde hace tiempo el médico granadino Jesús Candel haciendo una labor de información popular “nunca vista”, a favor de La Sanidad pública, enfrentándose a las Autoridades de turno en Andalucía, y contra «las subastas» de medicamentos,y en defensa de La Verdad. Desde aquí, le mando mi apoyo. Porque la primera máxima no sólo del periodismo, sino de todo ser honesto, es atenerse a la verdad. A las verdades sólidas como explico en mi anterior artículo «Normas líquidas» haciendo alusión a la frontera entre la verdad y la mentira donde cabe «el engaño» como trato de expresar en la foto de portada. Vivimos la época de “las postverdades”; es decir, de que determinados medios de comunicación nos engañen fácilmente con intención, dándonos gato por liebre, amenazando seriamente el sistema democrático que se basa en la verdad. ¿No es vergonzoso recientemente lo del Ministro de Hacienda, o lo de Florentino Pérez y Lopetegui?.

P.D.- El problema somos nosotros mismos, que como dije en <Píldoras y posdatas> “no nos unimos ni para un remedio”.