Chismorreos

No cesan, casi todos los medios de comunicación, desde hace días, de hablar de «la Preysler y el Nobel de Literatura».

Yo no me asombro. Era de esperar.

Y como este «run run» es actualidad, voy a dedicarle unos minutos:

Me alegro por el Nóbel, que así escribirá más y mejor, alejándose del peligro que le puede suponer una noche hablando con su novia (de amor claro; de literatura no creo), pues me han contado que la compañera que le aconseja con su «consejo farmacéutico» al Nóbel, lo apercibió, de que no todas esas noches son «noches de amor saludables» y puede acabar «en urgencias»! Uffff … ¡Vaya rollo!

Y de las vacunas ¿Qué?

Parece que hemos aprendido muy poco después de tres años de pandemia. Uffff … ¡Vaya lío!

Y de «la Pedroche» con lo de las campanadas ¿Qué?

Bueno, pues eso. ¡Qué cosas!

«¡Los motivos no existen!», ha dicho Vargas Llosa sobre los chismorreos el día de Año Nuevo en París; y así, unos creen que fueron sus celos, y otros que se sentía harto de ese «mundo del corazón», ¡vaya dilema!

Otro chismorreo habla del premio Nobel de Economía: Daniel Kahneman, que “no pasará mucho hasta que la inteligencia artificial sea mejor que las personas –en la toma de decisiones– porque aprende más rápido”

P.D.- Escribí en Huellas de Hefame “que todos lo sepan y nadie se asombre/ de que ese ayer/ que ha mordido el tiempo/ fue cierto…” (por sus valores), pero aún poco valorado. Para algunos sería un buen regalo de Reyes leer lo que el fallecido Papa Benedicto XVI escribió sobre las dudas y la fe. Dedica miles de páginas a hablar de la libertad, y de la verdad,

 “Quien quiera escapar de la incertidumbre de la fe caerá en la incertidumbre de la incredulidad, que jamás podrá afirmar de forma cierta y definitiva que la fe no sea la verdad”, dijo.

Nos espera el mañana. Los chismorreos seguirán llenando las pantallas, en un mundo, donde intentar ser feliz, y hacer felices a los que nos rodean, es un esfuerzo importante.