Prestigio Profesional
Vender en nuestras farmacias productos cosméticos, alimenticios, de juguetería para niños, u otras clases; sin que se pueda demostrar una eficacia farmacológica, ha conducido a elevar el nivel comercial de estos productos que ingenuamente hemos promocionado sin pensar, que cuando consigan lo que quieren, abandonarán la exclusividad que nos prometieron, y lo venderán en cualquier gran superficie o herboristería, perjudicando de paso nuestro prestigio profesional.
Adquirir en la farmacia todo lo necesario para los más pequeños, siempre nos ha dado la mayor seguridad.
En los peores momentos, las farmacias, han protegido el suministro de nuestros medicamentos aunque no se los pagaban.
Es justo mostrar nuestra gratitud y seguir confiando en todos sus productos.
Las farmacias son parte del comercio de nuestra ciudad, cosa que no ocurre con las grandes superficies. Cuidemos lo que es nuestro.