Empecinado Sánchez
Empecinado Sánchez” – le llamo – por todo lo que hace con el fin de seguir “okupando La Moncloa”. Desenterrando a Franco y un larguísimo etc. que todos conocemos, hasta seguir pidiendo prórrogas para disminuirnos la libertad de acción cuando no es necesario. Ya hace mucho que no creo en mentiras.
Ni siquiera sabe contar sus muertos, ni mantener a las empresas de fabricación de automóviles; y desprecia el turismo y la hostelería, que tanto empleo dan. Su propósito, con su coalición de comunistas y otras malas compañías, es romper la Constitución de 1978,dejando una España dividida, enfrentada y empobrecida, aprovechando el estado de alarma.
Consecuencias que Pablo Casado ha resumido de la siguiente forma: «Desde que Sánchez gobierna han cerrado 6.794 industrias en España, más de 100.000 empresas han quebrado, un millón de autónomos han cesado su actividad y 4 millones de trabajadores han acabado en ERTE».
Los sábados compro en papel, el ABC y El País, porque colecciono “los culturales” que llevan. Y los domingos el ABC porque sus “terceras” suelen ser sublimes.
La pasada semana he leído en esa “tercera” de Jaime Mayor Oreja “El Frente Popular; Una Obviedad”. (Nuestra Historia repitiéndose).
“Todo lo que está ocurriendo forma parte de un plan” y “nuestro mayor error sería despreciarlo”, dice Mayor Oreja con una visión – a mi juicio acertada – en la que la alternativa es unir las derechas.
Eso va a exigir, entender la existencia de este Frente Popular, comprenderlo, reconocerlo como obvio, y actuar con generosidad y grandeza, dice, evitando que destruyan la libertad como los valores cristianos de nuestra sociedad.
Zapateros primero/ Monederos, Iglesias y Errejones después/
“Garzones, Delgadas y Marlaskas” corrompiendo La Justicia/
tenían un plan.
Lo expliqué con “el caballo de Troya” en la presentación de mi libro, cuando dije “España ¡van a por ti!”.
P.D.: Y aunque miles de españoles pidan libertad en protestas masivas contra Sánchez, “si no se unen”, Iglesias seguirá marcando el rumbo, porque es parte de la estrategia, ¡y minar a la Guardia Civil!, atacándola desde el Ministerio del Interior.
De la España Boticaria trataremos en otra ocasión, porque sigue despreciando los tesoros que guarda, mientras hay sangre en el suelo, y peligro flotando en el aire.