El Paisaje y La Personalidad
Decía un antiguo profesor que, «el paisaje en el que vivimos, es siempre un complemento de nuestra personalidad porque en él desarrollamos nuestra vida interior que se forja de las impresiones recibidas».
Es tan lógico como el frescor de un limonero o la sombra agradable de una parra en un día caluroso; a mí, la profesión de farmacia, me hizo una persona mejor, como la influencia de la huerta del Segura. Ambas han embellecido mi existencia.
Son tan reales que merecen la pena su reconocimiento pues, además de su grato encanto natural, que tantas veces ignoramos a pesar de su evidencia, La Huerta (que empieza en esos laberintos serranos por encima de Murcia siguiendo el cauce del río Segura y alcanza su esplendor en la Vega Baja, para desvanecerse entre los rumores de las olas del mar), no sólo nos da frutos que podríamos perder si no hay agua, sino también la belleza de sus colores, de sus sombras y sus olores.
Todos somos hijos de un lugar y de un tiempo y yo me siento herido, si veo cómo “se erosiona la vida” de esta tierra, de naranjos y limoneros de pinos y palmeras, de sol, mar y cielo azul en la que vivo. El Levante español, se morirá sin agua como se mueren otros Valores por la falta de ética; y es que, estamos asesinando ruiseñores.
Nos ha invadido una epidemia de hipocresía y no llamamos a las cosas por sus nombres, mientras acallamos el pisoteo de derechos humanos en otras latitudes, y nuestros políticos disfrutan de grandes mansiones y lujos (como el de Galapagar de Podemos) a la vez que critican estupideces.
¿No es absurdo que sobren tantas cosas innecesarias y falte agua para cultivar la huerta?
¡Lo que falta es nivel moral!
P.D.- Esta tierra tiene sed/ porque necesita agua;/ y todos deberíamos defenderla/ porque forma parte de nuestra personalidad.
(¡”Pues que llueva! Debió exclamar P.S. a T.R; y si no, … ¡que se lo rueguen al cielo”!), bromearía un gracioso del periódico francés Charli Hebdo, que hace poco acaba de sacar su “raro humor” con el terrible terremoto turco.
Es absurdo que sobren tantas cosas innecesarias, pero falte ¡agua para cultivar la huerta!
Muy de actualidad, la falta de agua. Que egoísta es el ser humano, prefiere que vaya al mar y se desperdicie a regar los campos.
Bravo Valentín.
Un abrazo