Comiendo Alcachofas en Almoradí
Comiendo las últimas alcachofas de la temporada en Almoradí con la popular presentadora de TVE Cristina García Ramos, Diego Carcedo – que escribe artículos de opinión para 12 medios – y unos estupendos amigos, primero en el Bar de Ángel y después en el Restaurante de Silvino.
Hace años que tengo la costumbre y el entretenimiento de poner nombres a las palmeras con las que me cruzo en el camino que va desde Murcia a Guardamar del Segura (y viceversa) por carreteras del interior; y hay una rotonda muy bonita, donde se yerguen dos de ellas, especialmente destacadas, que da entrada a las lagunas de las salinas del Parque Natural de La Mata (Alicante) camino de Almoradí viniendo desde Torrevieja. Siempre que paso me surge la duda de qué nombre ponerles. El pasado fin de semana resolví la duda: Se llamarán Cristina García Ramos y Diego Carcedo: dos periodistas como las copas de esas dos palmeras que se mecen con belleza cuando les acaricia la brisa o se cimbrean inmunes cuando las azota el viento racheado de Lebeche o de Levante.
Comer alcachofas en Almoradí (donde se puede afirmar que es el lugar del mundo donde este producto desarrolla su máximo esplendor) es como comer caviar en Saint Petersburg, o beber champán en París; y hacerlo con una compañía como Diego Carcedo, Cristina García Ramos, María José Mínguez y Gabriel Ruiz Fabeiro en el famoso Restaurante Silvino, es algo “muy especial”.
Contemplar y escuchar, por primera vez, a Cristina sin la barrera invisible que te separa de la pequeña pantalla, con esa proximidad, es una emoción distinta a pesar de conocer a personajes importantes, ya que es como vencer el espacio y el tiempo que te separa de esas interesantes noticias que narra o de esas entrevistas a famosos y a personajes reales; y si se trata de Diego, la emoción es como entrar a una cueva prehistórica llena de secretos.
Durante unos días he disfrutado de la compañía de estos amigos que han enriquecido mi tiempo, han aplacado mi soledad y se han convertido en mis amigos y hasta en mi familia.
Momentos inolvidables de conversaciones interesantes y proyectos futuros de comunicación. Instantes tan cortos que he gozado casi sin tiempo de degustarlos. Ilusiones para el próximo Noviembre cuando comience la temporada del alcacil en La Vega Baja del Segura donde han prometido volver.
P.D.: Y tal vez, el próximo Noviembre, presenten entre ambos, ese libro mío, que esta vez se ha quedado, esperando.